- Ella nada. Hable yo solo. No la culpes a ella...
+ Puedes decir lo que quieras, ¿sabes?
- Quiero casarme contigo. Tener hijos contigo. Que hagamos una casa. Quiero asentar la cabeza y envejecer contigo. Quiero morir cuando tenga 110 años en tus brazos. Y no quiero 48 horas ininterrumpidas sino una vida entera. ¿Ves lo que pasa? Te digo cosas así y quieres echar a correr en otra dirección. Está bien, lo entiendo. No lo entendía pero ya sí. Acabas de empezar y yo llevo ya mucho tiempo. Todavía sigues siendo interna. Y no estás lista.
+ No lo estoy ahora, pero podríamos seguir como estamos hasta que lo esté. Ya he...
- Podríamos seguir así. Viéndonos en el ascensor o en la sala de descanso. Puede que cambies. Esperaré. Esperaré a que cambies.
+ De acuerdo entonces.
- Sí pero, ¿y si mientras espero, conozco a una que esté lista para darme lo que te pido a ti?
+ ¿Qué podría pasar?
- No lo sé
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