martes, 24 de abril de 2012

Todo se reduce a muros.


El que debo saltar para acabar mis prácticas, el que debo sortear para poder entrar en un quirófano y luego está el más importante, el que te separa de la gente con la que trabajas. No ayuda coger confianza, ni hacer amigos, debes levantar un muro que te separe del resto del mundo, cierta gente es demasiado peligrosa, todo se reduce a unos muros que levantas con arena rogando que nadie los salte.
En algún momento hay que decidirse, los muros no mantienen a los demás fuera, si no a ti dentro. La vida es un caos, somos así. Puedes pasarte la vida levantando muros, o puedes vivirla saltándolos. Aunque hay algunos muros demasiado peligrosos para cruzarlos. Lo único que se, es que si finalmente te aventuras a cruzar, las vistas al otro lado son fantásticas.

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