jueves, 2 de mayo de 2013

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-Me conquistó - me dijo en un suspiro- no sé cómo, mucho menos cuándo, simplemente lo hizo. Llegó en el momento en el cual mi persona estaba aceptando que el amor no era suyo. Justo en el momento en el cual juré nunca más creer en ese sentimiento. Llegó con aire magistral, con esa hermosa y contagiosa sonrisa...

- ¿Entonces por qué tanto dolor?

-Se va, -dijo mientras se inundaba su mirada- odio cuando se va por lapsos indefinidos, no avisa y arrastra toda mi alma mal guardada en sus maletas. Sus palabras… son como un puñal, como una gran bofetada en mi mejilla derecha, tal agua fría cayendo sin piedad sobre mí, recorriendo mi cuerpo, congelándolo hasta llegar a mi corazón, provocando un pequeño paro en él. [...]

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