domingo, 5 de febrero de 2012

Siempre dije que sería más feliz sola.

Tendría mi trabajo, mis amigos. ¿Pero alguien en tu vida todo el tiempo? No merece la pena. Al parecer, lo superé.
Dije que sería feliz sola por una razón. No era porque pensaba que sería feliz sola, era porque pensaba que si amaba a alguien y después se iba al traste, podría no recuperarme. Es más fácil estar solo, porque, ¿y si descubres que necesitas amor, y luego no lo tienes? ¿Y si te gusta y dependes de él?  ¿Y si amoldas tu vida a él y después desaparece? ¿Puedes sobrevivir ese tipo de dolor? Perder el amor es como el daño orgánico, es como morir. La única diferencia es que la muerte acaba ¿Esto? Podría durar para siempre.

Todos hemos escuchado el dicho:


"Renovarse o morir". Renovarse no es fácil. Tienes que pelear con la competencia, esquivar sus ataques, y, a veces, tienes que matar. Haces lo necesario para sobrevivir.
Renovarse o morir. Por más veces que lo hayamos escuchado, la lección no se vuelve más fácil. El problema es que somos humanos. Queremos más que sólo sobrevivir. Queremos amor, queremos el éxito, queremos ser lo mejor que podamos. Así que luchamos hasta no poder más por esas cosas. Y cualquier cosa se siente… como la muerte.
Una hora. 60 minutos pueden cambiarlo todo para siempre. Una hora puede salvarte la vida. Una hora puede hacerte cambiar de idea. A veces una hora es un regalo que nos hacemos a nosotros mismos. Para algunos, una hora no significa nada. Para otros, una hora marca toda una diferencia en el mundo. Pero al final, sigue siendo sólo una hora. Una de tantas…tantas más que vendrán. 60 minutos. 3.600 segundos. Eso es.  Vuelve a comenzar desde el principio. ¿Cuándo comenzó? ¿Y quién sabe lo que podría durar la próxima hora?

Nada es fácil.


La gente es verdaderamente romántica sobre el principio de las cosas. Un comienzo de cero, pizarra limpia, un mundo de posibilidades. Pero, no importa en qué nueva aventura te estés embarcando, tú sigues siendo tú. Te metes de lleno en cada nuevo comienzo de tu vida. Entonces, ¿cuán diferente puede llegar a ser?
Es lo que todo el mundo quiere, ¿sí? Borrón y cuenta nueva. Un nuevo comienzo. Como si eso fuera fácil. Pregúntale al tipo que empuja la roca hasta la colina, no tiene nada de fácil volver a empezar. Nada de fácil.

Estamos buscando respuestas:

En la vida, en todo. Algunas veces las respuestas que estábamos buscando, estaban escondidas justo bajo la superficie. Otras veces encontramos respuestas cuando ni siquiera nos habíamos dado cuenta que estábamos haciendo una pregunta. Algunas veces, las respuestas pueden tomarnos totalmente por sorpresa. Y algunas veces incluso cuando encontramos la respuesta que hemos estado buscando, todavía nos quedamos con todo un infierno lleno de preguntas.

Ser un héroe tiene su precio.


La biología es determinante en la manera que vivimos.


Desde el momento en que nacemos, sabemos cómo respirar y comer. A medida que crecemos, aparecen nuevos instintos. Nos transformamos en territoriales, aprendemos a competir, buscamos refugio ¿Lo más importante de todo? Nos reproducimos. Aunque a veces, la biología puede ponerse en nuestra contra. Si, la biología apesta algunas veces.
La biología dice que somos quienes somos desde que nacemos. Que nuestro ADN está escrito en piedra. Incombinable. Aunque nuestro ADN no explica todo lo que somos: somos humanos, la vida nos cambia. Desarrollamos nuevos rasgos, nos volvemos menos territoriales, paramos de competir, aprendemos de nuestros errores, nos enfrentamos a nuestros mayores miedos.  Para bien o para mal, encontramos maneras de ir más allá de nuestra biología, el riesgo, por supuesto, es que cambiemos demasiado hasta el punto en el que no nos reconocemos. Encontrar el camino de vuelta puede ser difícil. No hay brújula, ni mapa. Sólo tenemos que cerrar los ojos, dar un paso, y rezar a Dios para llegar allí.

Nadie elige ser un raro.

La mayoría de la gente no se da cuenta de que son frikis hasta que es demasiado tarde para cambiarlo. Pero no importa cuán rarito termines siendo. Lo más probable es que haya alguien ahí fuera para ti. A menos, que claro, ya hayan pasado página.  Porque cuando se trata de amor, incluso los raritos no pueden esperar para siempre.

Dicen...


Dicen que el rayo no cae dos veces en el mismo sitio. Pero eso es un mito. No sucede a menudo. Los rayos normalmente aciertan la primera vez. Cuando te golpean 30.000 amperios de electricidad, lo sientes. Puede hacerte olvidar quién eres, puede quemarte, dejarte ciego, parar tu corazón y causar graves lesiones internas. Algo que ocurre en una milésima de segundo, puede cambiar tu vida para siempre.
Un rayo no suele alcanzarte dos veces. Es algo que pasa una vez en la vida. Incluso si sientes el shock una y otra vez, con el tiempo el dolor se irá, el dolor pasará. Luego empiezas a curarte, a recuperarte de algo que nunca viste venir. Pero a veces, si estás en el lugar y en el momento adecuado, puedes soportar un gran golpe y aún tener otra oportunidad de sobrevivir.

miércoles, 1 de febrero de 2012

Y se dio cuenta de que la vida no era eso, la vida es caer y levantarse, y volverse a caer y volver a levantarse; la vida es alegrarte los viernes y joderte los lunes, y abrazarte a quien te abrace y a quien no te abrace pues no te abrazas y punto, y no pasa nada.