miércoles, 20 de julio de 2011

¿Recordáis cuando erais pequeños y mordíais a otro niño sin querer en el recreo?

El maestro decía ¡Pídele perdón! Lo decíamos pero no lo pensábamos porque el mocoso al que habíamos mordido se lo merecía. Pero cuando creces disculparse no es tan fácil, cuando acaban los días de recreo hay que decirlo en serio.

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