- ¡Hey! ¿Qué haces aquí?
+ Necesito saber por qué me quieres.
- Por qué te quiero..
+ De verdad me gustaría creerte cuando dices esas palabras, Dan, pero tal vez, si supiese el por qué, dejaría de asustarme cuando las oigo y no tendría miedo a decirlas.
- Vale. Bueno, si quieres hablar sobre por qué..
+ Lo hago por mi madre y sus tantos maridos.
- Ahí. Ese es el por qué. Porque últimamente me gusta cuando me interrumpes, que es a menudo. De todas formas, te quiero porque no te disculpas sobre quien realmente eres: Preciosa, elegante, sexy como el infierno.
+ Ahora estás haciendo que me ponga colorada.
- Esa es otra razón. Eres totalmente inconsciente del efecto que causas en mí. También eres completamente inconsciente de que ríes como una niña de 4 años. Justo así. [...] Eso es lo que te hace tan increíble.
+ Bueno, tu eres increíble también, sólo por decir todas esas cosas ya lo eres. Y te quiero.. pero me tengo que ir.
+ ¿Qué?, ¿qué pasa ahora?
- Una de tantas razones por las que me quieres.
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